Es difícil que una persona se vuelva pacífica y compasiva practicando una disciplina como el Boxeo T'ai chi si sólo entrena los movimientos teniendo una mente que continuamente sólo realiza golpes, derribes, llaves, patadas, etc. Es poco probable que este tipo de practicante se familiarice con estados mentales contemplativos, incluyentes y ecualizadores. Para encontrar la paz primero hay que entrenarse en ella hasta que casi se convierta en nuestra segunda naturaleza.
Las Formas entre dos personas son entrenamientos directos para encontrar el alma del despertar, es decir, para comprender y aplicar lo que significa "la vacuidad del ser". La visión inamovible de estas formas como peleas o combates coreografiados es muy llamativa e interesante, es verdad que son buenos ejercicios donde se entrenan los reflejos de contacto, son aeróbicos, involucran gran movilidad de pies/piernas y sobre todo la aplicación de TODOS los principios fundamentales de donde el Boxeo T'ai chi surge.
Sin embargo, el aspecto mental más profundo, elevado y sutil no es entrenado de ésta manera. La prueba suprema consiste en involucrarse en éstas prácticas como combates no-combativos. Sólo así surgirá esa mente sabia, fuerte y compasiva, no antes.
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