viernes, 1 de mayo de 2009

¡Mucho entrenamiento!


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¿Realmente nos habremos dado cuenta que requerimos mucho entrenamiento?

Mucho entrenamiento para poder comprometernos en trabajar con el resto de nuestros congéneres (esto en el Budismo se denomina "con el resto de los seres sintientes" y en realidad esta idea rebasa a el simple hecho de sólo trabajar con los humanos porque abarca aun más: animales, plantas.)

El mayor obstáculo para nuestro entrenamiento es no estar lo suficientemente comprometido, y al no poder generar suficiente energía para hacer esto no tenemos la fuerza para desarrollar simpatía por los otros. Simpatía en el Budismo también es denominada "compasión o corazón noble" pero no es la compasión por lástima sino por una comprensión profunda de que lo que a una persona le pasa a NOSOTROS TAMBIÉN nos pasa o nos puede pasar.

Entonces ¿cómo solucionamos este problema? Este problema puede ser atendido de manera adecuada vía el entrenamiento. El entrenamiento nos ofrece un camino, una vía o es un vehículo. Es un camino para TRABAJAR CON NUESTROS CRUDOS, ARRUGADOS Y TOSCOS ESTILOS de vida, prejuicios, preconcepciones, ideas, ilusiones, sueños.

El entrenamiento correcto genera humildad en el practicante, y esta humildad va conectada con el entrenamiento MENTAL. Si pensamos que nuestro T'ai chi es sólo un entrenamiento físico, de movimientos coreografiados, de añadir a nuestra lista Formas y Formas, de sólo ir a dar parte de nuestra energía en las sesiones prácticas y no cambiar hábitos perjudiciales o incorrectos, entonces nuestro T'ai chi es sólo un obstáculo más en el camino de nuestro desarrollo espiritual. Recordemos, todos empezamos como inmortales que no se saben inmortales y terminaremos -con tezón, esfuerzo y perseverancia- como inmortales que se saben inmortales y sirven a otros para que también lleguen a esta meta.

En este sentido nuestro T'ai chi se conecta verdaderamente con el Budismo porque nuestra visión consiste en trabajar para el beneficio de otros y crear situaciones que los beneficien a ellos. Si en mis ejercicios de Manos que Sienten realmente le doy soporte y apoyo a mi compañero para que ahí repose y deposite su fuerza, ¡estoy haciendo que él (y yo) se beneficie mediante nuestro entrenamiento! ¡juntos, ambos!
Este es el sentido profundo que el Budismo nos enseña y conmina a seguir de tener la actitud de "dedicarnos" a los otros; en el Boxeo T'ai chi esto es llamado "adherirse y pegarse" "invertir en las pérdidas". Todos los que practicamos estos ejercicios de Manos que Sienten sabemos que el "dedicarnos" al otro TIENE que hacerse correctamente, de lo contrario podemos salir lastimados. De este pensamiento obtengamos la idea de la importancia de ENTRENAR.

Por eso comencé preguntándonos ¿realmente nos habremos dado cuenta que requerimos mucho entrenamiento?

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