


Si nos aferramos a conceptos "ortodoxos", fuertemente tradicionalistas e ideas únicamente relacionadas con nuestras preconcepciones de lo que la espiritualidad, la "guru-bilidad" y el papel que una práctica religiosa implica, es muy probable que no comprendamos la diversidad de expresiones y manifestaciones actuales.
Hay personas que piensan que un buddhista comprometido sólo puede sentarse a meditar por horas en un zafu, sólo puede hablar bonito, nunca molestarse por nada, y ser cuasi-perfecto. Esta visión soslaya un aspecto importantísimo del buddhismo socialmente comprometido moderno: hacer lo que uno puede desde su actual oleada de conciencia.
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