Reposicionar correctamente el cuerpo implica verdaderamente entrar en armonía con el contrario en lugar de hacer uso de la fuerza física.
Se dice fácil pero cuando hay una fuerza agresiva y violenta que hacia nosotros es dirigida, no es tan sencillo pensar en la armonia y el unirse/pegarse al otro. Seguramente por eso se entrena T'ai chi manteniendo una mente tranquila y calmada.
Lo primero que se agita es la mente y con ella se tensa el cuerpo y se altera la respiración. La adrenalina fluye, el cuerpo tiembla, los reflejos se hacen torpes, nos movemos con imprecisión, nos fatigamos y somos fáciles blancos de los ataques del otro.
Reposicionar el cuerpo es fundamental. Los ejercicios coreografiados entre dos personas logran enseñarnos esto, por ello es menester no practicarlos como si estuvíeramos peleando en la calle. Hay que aprender a accionar de manera distinta a la habitual.
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