Por lo general, cuando nos hablan acerca del Boxeo T'ai chi sólo nos comentan de las maravillas de éste arte combativo: armonía, tranquilidad, paz mental, meditación en movimiento, belleza, extasis, etc., sin embargo, deberíamos de empezar viendo la experiencia de nuestra vida tal cual es, o mejor dicho, de nuestra experiencia sensorial, mental, corporal e imaginativa de nuestra práctica del Boxeo T'ai chi, tal cual es.
No podemos ignorar la realidad de nuestras 'discapacidades' sensoriales, mentales, corporales e imaginativas cuando nos iniciamos en la práctica de ésta disciplina. Somos impacientes, poco perseverantes, por lo general tenemos un cierto grado de descoordinación, asimismo el tono muscular que utilizamos va de la crispación muscular al extremo de relajación, nos desconcentramos fácilmente, etc.
Les pregunto ¿Es esto acaso algo falso? ¿Es esto acaso algo irreal? Yo creo que no, pero puedo equivocarme.
Todos los grupos serios de práctica nos alientan a enfrentar nuestra práctica encarando la realidad de lo que somos al iniciarnos en ésta disciplina, a dejar de soñar. Sabemos que podemos valernos de un escape 'temporal' pero el escape real no es posible.
Los invito a que todos los que practicamos ésta bella disciplina seamos realistas y de ahí partamos: el Boxeo T'ai chi es la creación de un espacio en donde uno tiene la capacidad y oportunidad de exponer y deshacer sus propios juegos neuróticos, nuestros propios desengaños y nuestros temores y expectativas ocultas. Este es, o debería ser, el primer paso en nuestra práctica.
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